Ixtle: fibra natural reflejo de saberes ancestrales

Al cambiar tu esponja de trastes por estropajo de ixtle no sólo estas tomando una decisión más ecológica, también  estás honrando saberes ancestrales. 

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En un mundo donde el plástico llegó a reemplazar muchos materiales naturales, poco a poco resurgen alternativas más sostenibles que nos conectan con nuestras raíces. Una de ellas es el ixtle, una fibra vegetal que desde tiempos antiguos ha estado presente en la vida cotidiana de los pueblos mexicanos. 

La elaboración del ixtle es más que una técnica: es un testimonio cultural de México. Nos recuerda que, en medio de la modernidad, podemos elegir materiales que honran nuestra historia, respetan el ciclo natural de las plantas, no generan basura y apoyan a los artesanos que mantienen viva esta tradición.

¿Qué es el ixtle?

El ixtle proviene de la palabra náhuatl ichtli, que significa “fibra del maguey”. Se obtiene principalmente del agave lechuguilla, aunque también puede extraerse de otras variedades de maguey o henequén.

Es una fibra resistente, duradera y versátil, utilizada históricamente para fabricar textiles, cuerdas, costales, escobetas y utensilios para el hogar.

Un legado cultural: la jarciería

La jarcería no es un pasillo en el súper donde venden jergas, cubetas y productos de limpieza del hogar. Es el oficio de trabajar el ixtle que se transmite de generación en generación en gran parte del territorio mexicano: consiste en transformar las fibras vegetales en hilos y tejidos útiles.

El proceso es un verdadero arte

Se espera alrededor de siete años a que la planta de agave madure. Cuando está lista, se recolectan las hojas centrales. Estas se tallan o golpean contra una tabla de madera hasta liberar la fibra. Después, el hilo se seca varios días al sol, se peina para quitar restos de pulpa y espinas, y finalmente se hila. El resultado es un material natural de gran resistencia, con el que se fabrican desde sogas hasta cepillos y escobetillas que hoy vuelven a aparecer en los hogares.

Del pasado al presente

Durante mucho tiempo, el ixtle fue desplazado por los plásticos y fibras sintéticas. Sin embargo, en años recientes, ha resurgido como una alternativa ecológica y artesanal que no solo cuida el medio ambiente, sino que también mantiene vivas las tradiciones.

Cada escobetilla, cepillo o cuerda hecha de ixtle es el reflejo de un conocimiento ancestral y de la relación armónica entre la naturaleza y las manos artesanas que lo trabajan.

 

Así que la próxima vez que encuentres un cepillo o escobeta de ixtle, no lo veas como un simple objeto de limpieza, sino como una pequeña pieza de historia y naturaleza que ha llegado hasta tu hogar.

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