El ajo es un ingrediente básico en la cocina de medio mundo, imprescindible en nuestra cocina. Además es saludable, pero precisamente es esa intensidad es la que asusta a algunos: el ajo es sabido que causa mal aliento y molestias digestivas ya que se"se repite". Hay una solución muy fácil sin que el  ajo pierda su potencia aromática.

La composición del sabor picante del ajo - y lo difícil para digerir - son también  las responsables de su aroma y beneficios en la salud. La alicina le da al ajo sus beneficios: vasodilatadoras, antioxidantes, bactericidas y antisépticos. Esta sustancia se activa cuando picamos el ajo potenciando sus beneficios y su intensidad.

Una opción para dar un sabor más sutil a ajo es cocinar los dientes enteros. Pero a veces si queremos más sabor, sin el mal aliento.

¿Entonces?

Te damos un super tip: Pica el ajo con algún ácido, como jugo de limón o un poco de vinagre. La alicina del ajo se desactiva en entornos ácidos! Así tendrás el sabor, sin los malestares estomacales. 

No es para todas las recetas, pero funciona muy bien cuando el ajo se come crudo, como en aderezos, vinagretas, en untables como el hummus, salsas para marinar, etc.

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