¿Es mejor cocinar con grasas de origen animal?
Las grasas de origen animales han sido injustamente demonizadas, desplazadas por aceites vegetales industrializados bajo la promesa de ser “más saludables”. Sin embargo, en los últimos años, cada vez más nutricionistas, chefs y estudios científicos están reconociendo lo que nuestras abuelas ya sabían: las grasas de origen animal pueden ser una opción deliciosa, nutritiva y hasta más estable para cocinar.
¿Qué son las grasas de origen animal?
Son grasas que provienen directamente de animales, como: Manteca de cerdo (lard) Sebo de res (tallow) Mantequilla o ghee Grasa de tocino (bacon fat) Estas grasas han sido usadas durante siglos en cocinas de todo el mundo antes de la llegada de los aceites refinados como el de canola o soya.
Beneficios de cocinar con grasas animales
- Muy estable a altas temperaturas A diferencia de muchos aceites vegetales que se oxidan fácilmente al calentarse, las grasas animales tienen un punto de humo alto y son más estables térmicamente. Esto significa que generan menos compuestos tóxicos al calentarse.
- Ricas en vitaminas liposolubles Las grasas de origen animal contienen vitaminas esenciales como la A, D, E y K2, especialmente si provienen de animales orgánicos criados en pastoreo. Estas vitaminas son fundamentales para la salud hormonal, ósea e inmunológica.
- Necesarias para salud neurológica Las grasas saturadas y el colesterol son fundamentales para el cerebro y sistema nervioso
- Saciantes y nutritivas Estas grasas ayudan a sentirse lleno por más tiempo, regulan el apetito y aportan energía sostenida. Son ideales en dietas bajas en carbohidratos o keto (cetogénicas).
- Son más limpias: Sin procesar ni refinadas Muchas grasas vegetales (como el aceite de soya, canola o maíz) requieren procesos industriales intensivos, que incluyen desodorización y uso de solventes. En cambio, la manteca o el sebo pueden obtenerse de forma natural, sin aditivos ni químicos.
- Sabor ancestral y cultural inigualable La grasas de origen animal han sido usadas por las culturas por siglos. Aporta profundidad y sabor a los alimentos
- Se aprovecha todo el animal ¡No hay desperdicio!
¿Y el colesterol?
Durante años se pensó que las grasas animales aumentaban el riesgo cardiovascular. Sin embargo, investigaciones recientes han matizado esta creencia. Se ha descubierto que no todas las grasas saturadas son malas y que el colesterol en la dieta no necesariamente se traduce en colesterol alto en sangre. Más aún, algunas grasas animales pueden mejorar los perfiles lipídicos y reducir la inflamación.
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¿Cómo cocinar con grasa de origen animal?
Usa manteca de cerdo para freír o hacer repostería tradicional Guarda la grasa del tocino para saltear vegetales o dar sabor a sopas El sebo de res o tallow orgánico es excelente para huevo estrellado, papas al horno o frituras
Elige siempre carne y grasas de animales criados en libertad en pastoreo orgánico y alimentados con pasto
Cocinar con grasas de origen animal no solo es una práctica ancestral, sino también una opción saludable y sabrosa cuando se hace con ingredientes de calidad. Al volver a estas grasas tradicionales, no solo mejoramos nuestros platos, sino también nuestra conexión con una alimentación más natural y sostenible.
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