La pandemia también impacta en lo que comes
Es curioso como la pandemia del COVID-19 y otras similares que ha enfrentado la humanidad reciente, provienen de comer animales. Más preciso, de comer carne de animales exóticos como la de pangolín o el murciélago. La industria de la carne ha provocado este y muchísimos otros males derivados de una desconexión brutal con nuestro entorno, nuestros procesos orgánicos de consumo, pero sobre todo con la naturaleza. Llegamos al punto en donde lo que comemos nos está enfermando.
Lo que comienza como un gusto exótico desencadena en una crisis feroz de inseguridad alimentaria para millones. Ahora mismo podríamos estar a punto de atravesar una, derivado del virus del Covid.
El virus del Covid va más allá: impacta toda la cadena de valor de tus alimentos
Con una cuarentena obligada para el mundo entero de por medio, hoy es más relevante que nunca cuestionar nuestra alimentación: ¿de dónde viene lo que como? ¿Quiénes se involucran en la cadena para que mis alimentos lleguen a mi mesa? ¿A cuántas personas impacta lo que consumo? ¿Qué impacto tiene en mi entorno, el medio ambiente? ¿Qué efectos tiene en mi salud lo que como?
Si tu respuesta a estas preguntas es en su mayoría negativa, es momento de que hagas un cambio radical en tu alimentación, porque lo creas o no, hay millones de personas dependiendo de ti.
Inseguridad alimentaria: ¿Qué nos espera frente al COVID-19?
De acuerdo con cifras del Coneval, 25 millones de mexicanos se encuentran en condiciones de vulnerabilidad por falta de acceso a la alimentación. Si a ello sumamos que más de la mitad de los trabajadores son informales, la crisis del Covid en México y la cuarentena obligatoria dejarán sin ingresos a muchísimas personas.
Aunado a esto se encuentra la demanda en los productos procesados cuyo precio es mucho más barato. Quienes ya no perciban ingresos o se encuentren en desempleo, comenzarán a alimentarse con comida barata poco nutritiva. Esto además obligará a muchos productores locales a quebrar y elevará las condiciones de pobreza en el sector rural.
Por otro lado, quienes no se encuentran en condiciones de vulnerabilidad extrema, con la crisis de Covid han experimentado por lo menos la primera crisis alimentaria de sus vidas. El desabasto de alimentos se extiende a todos los sectores sociales debido a una demanda de consumo por las compras de pánico y a una reducción significativa de labores por parte de todas las etapas de la cadena de suministro.
Nuestros productores locales nos necesitan hoy más que nunca
Algunos expertos estiman que esta es la primera vez de nuestra era moderna en la que la cadena de suministro de alimentos se ve amenazada, con efectos notables en el desabasto, la seguridad alimentaria y hasta el desempleo. La urgencia mundial provocada por la pandemia es todavía más compleja para la ruralidad, quien paradójicamente es el sector de la población que podría ayudarnos a enfrentar una crisis alimentaria. A ellos debemos enfocarnos.
Nunca ha sido fácil ser agricultor, pescador, granjero; productor local. Pero ahora, con la pandemia del coronavirus en ciernes, nuestros productores locales enfrentan una carga más. De acuerdo con un reporte reciente de la organización estadounidense Food Tank, las bancarrotas agrícolas en Estados Unidos alcanzaron un máximo histórico de ocho años el año pasado, misma que se puede atribuir a la agricultura industrial y sus precios bajos y prolongados de los productos básicos, a la deuda agrícola en constante aumento, a enfermedades animales y no menos importante, a los efectos del cambio climático como los incendios e inundaciones.
En este contexto México enfrenta un panorama más desolador. Los retos en el campo mexicano han sido históricos y se remontan a una colonización que cambió para siempre nuestro paradigma social y nuestra forma de alimentarnos. Otras problemáticas complicadas han surgido desde entonces, tal vez una de las más importantes: el fácil acceso a alimentos de supermercado procesados o importados desde otros países, con un precio atractivo. La política pública en México no ha favorecido al campo mexicano, y de nueva cuenta tenemos a los productores locales solos, en una lucha que implica literalmente su supervivencia y una resistencia máxima para seguir produciendo alimentos de calidad.
Ahora, somos muchos los mexicanos quienes estamos empezando a retomar ese diálogo perdido con la alimentación –con nuestra tierra de donde proviene ese alimento–, apoyando al campo mexicano y a sus agricultores, granjeros y demás trabajadores de la tierra. Nosotros, como consumidores, necesitamos ayudar a nuestros productores locales hoy más que nunca, y beneficiarnos de la fabulosa comida que tienen para ofrecernos en épocas de pandemia y siempre.
¿Qué podemos hacer?
Compra local. Así de sencillo.
No permitas que tus productores locales se queden sin trabajo. Además, estarás invirtiendo en una alimentación de calidad, para ti y para tus futuras generaciones, si a ellos enseñas lo mismo.
Apoya a quienes tienen el valor, frente a la adversidad, de seguir produciendo alimentos frescos, dignos y reales.
Edúcate a través de la alimentación y no olvides que, en esta pandemia estamos todos.